Yaacabó es el nombre que se le da a varios pájaros de América del Sur, caracterizados por su pequeño tamaño, pico y uñas fuertes, dorso pardo, pecho rojizo y vientre rayado.
Su canto distintivo, que suena como "ya-acabó", es lo que le da origen a su denominación.
A pesar de ser una especie con una descripción imprecisa en la RAE y otros diccionarios, sigue siendo reconocida por su singularidad y belleza en la región.
m. Yaacabó es el nombre común con el que conocen confusamente varios pájaros de América del Sur.
Según la RAE, es de pequeño tamaño, de pico y uñas fuertes, dorso color pardo, pecho rojizo y vientre rayado. Su fuerte y particular canto origina su nombre, pues parecería decir «ya-acabó».
La descripción dada en la RAE para esta ave es imprecisa, como así también las dadas por otros muchos diccionarios que la replican sin cuestionarla e incluso algunas cambian la descripción del pájaro.
Lo cierto es que probablemente con este nombre se conozcan, confusamente, diversas especies de aves en Latinoamérica.
La mayoría de las bibliografías¹ confiables consultadas coinciden en el Herpetotheres cachinnans (garafia, valdivia, halcón guaco o reidor), con un canto muy particular que parece decir «ya acabó» (ver enlace al video más abajo), entre otros cantos donde también parece reírse.
Según otras fuentes², con este nombre puede referirse también a diversas especies del género de búhos Glaucidium (especialmente las conocidas como caburés o cuacabas), como el Glaucidium ferox, aunque su canto no es tan particular como el anterior.
Parecido a este último en su plumaje es el guajojó (ave de la muerte o Nyctibius griseus), este sí con un canto muy particular y también asociado a desgracias.
Otra fuente³ indica que también es llamado "yaacabó" el Accipiter bicolor, pero su canto no parece tener ninguna particularidad.
Independientemente de qué especie de ave se trate, todas las fuentes indican que entre los aborígenes sudamericanos (Bolivia, Colombia, Venezuela) es considerada un ave de mal agüero porque su canto anuncia la muerte o desgracias. También anuncia el fin del día ("ya acabó").
Esta ave es mencionada en "Canaima" y "Doña Bárbara", novelas del escritor venezolano Rómulo Gallegos, donde se hace alusión a lo fatídico de su canto.
La presencia del yaacabó en la literatura y el folklore sudamericano resalta su importancia cultural.
No solo es un elemento recurrente en narrativas que exploran temas como la muerte y el destino, sino que también sirve como un símbolo poderoso de la conexión del hombre con la naturaleza y los augurios que esta puede revelar.
Ejemplos de uso: "Era a bordo de una piragua... Lejos, en el profundo silencio, se oía el bronco mugido de los raudales de Atures... De pronto cantó el yacabó...", Doña Bárbara, novela de Rómulo Gallegos.
"De pronto cantó el yacabó, campanadas funerales en el silencio desolador del crespúsculo de la selva, que hielan el corazón de viajero. Ya...cabó, ya...cabó...", Doña Bárbara, novela de Rómulo Gallegos.
"Un yacabó parado en sus ramas (...) el canto del pájaro fatídico: -¡Yaa-cabó! ¡Yaa-cabó!", Canaima, Rómulo Gallegos.
Etimología u origen de la palabra yaacabó: voz de origen onomatopéyico, aludiendo a su canto que parece decir "ya acabó" y que algunos interpretaban como de mal agüero.