La palabra yana se refiere a un árbol de la familia de los combretáceos, conocido por su madera extremadamente dura, lo que lo hace ideal para la construcción.
Este término es de uso común en Cuba, donde se valora tanto su resistencia como su utilidad en diversas aplicaciones arquitectónicas y de carpintería.
La yana es un ejemplo de la riqueza natural y los recursos que ofrece el entorno cubano.