El término yogar proviene de una acepción antigua que se refiere a holgarse o, más específicamente, a tener un acto carnal.
Aunque hoy en día esta palabra está en desuso, su significado evoca una conexión con el placer y la intimidad.
En su contexto original, yogar reflejaba una forma de disfrutar de la vida y de las relaciones humanas, aunque su uso ha caído en desuso con el tiempo.