El término zancarrón tiene varias acepciones en el lenguaje coloquial.
En su primera acepción, se refiere a un hueso grande y descarnado, especialmente de las extremidades.
En un sentido más figurado, describe a un hombre flaco y desaseado, cuya apariencia puede resultar poco atractiva.
Además, se utiliza para referirse a aquel que enseña ciencias o artes de las que tiene escaso conocimiento, lo que resalta una falta de competencia en su enseñanza.