El término zascandilear se refiere a la acción de andar de manera inquieta o alocada, similar a como lo haría un zascandil, que es una persona traviesa o bulliciosa.
Este verbo evoca una imagen de movimiento descontrolado y juguetón, reflejando una actitud despreocupada y enérgica.
Así, zascandilear captura la esencia de una conducta vivaz y algo desordenada, típica de quienes disfrutan de la vida sin restricciones.