• « Piensa en él con amor, ámalo por esa angustia oscura y fría que su juventud y su genio no pudieron superar entonces, que le hizo desear la muerte, y que luego, el día que tus ojos brillaron ante él riendo, se convirtió en un anhelo desesperado de olvido. Sabes, los hombres, incluso los más grandes, se cansan de la vida más fácilmente que nosotros, se desesperan de la vida más fácilmente que nosotros. »