• « El buzo se sumergió y nadó hacia el frente, hasta topar con una pared. Salió a la superficie y marcó el sitio con una equis, arañando el limo y el lodo. »
• « -Cuando te fuiste -me cuenta-, registraron nuestra celda y se llevaron todo lo que había. Tuve que escribir tu nombre y tu dirección arañando la pared, para no olvidarlos. »