Treinta y dos oraciones con la palabra «baldío» y derivadas (por ejemplo: baldía) seleccionadas de refranes, poesías, cuentos y artículos de interés general.
Las siguientes oraciones fueron seleccionadas por ser oraciones cortas, por su sencillez o porque están orientadas a escolares; así pueden ser entendidas por niños y adolescentes.
Oraciones con «baldío» para escolares
• « El lote baldío se llenó de maleza rápidamente. »
• « Después de haber trabajado durante horas en el jardín, me sentía exhausto pero satisfecho por haber logrado transformar un terreno baldío en un oasis de verdor. »
• « Parece que casi todos tenían un lote baldío frente a su casa en la infancia. Quien no lo tenía, exploraba el vecindario en busca de uno para poner a prueba su temple. »
• « Lo que más nos gustaba del lote baldío era la cañada. Durante el deshielo de primavera o en las tormentas de verano, parecía que todas las aguas del mundo se precipitaran por ahí. »
• « Todavía hoy, en ocasiones, cuando estoy a cientos de kilómetros de mi hogar y la nostalgia me persigue, paso por algún pueblo pequeño en busca de un lote baldío que me recuerde al de mi infancia. »
• « Esta escaramuza fue una de las muchas batallas que libramos en el lote baldío que estaba situado frente a la casa donde pasé mi infancia. Batallas entre guerrilleros y chicos buenos; entre el Llanero Solitario y los cuatreros. »
• « El lote baldío donde jugaba en mi niñez me enseñó acerca de la ira cuando los hermanos Klein se lanzaron mutuamente unos enormes terrones; y acerca del amor, porque si alguien criticaba a uno de ellos, tendría que vérselas con ambos. »
• « No necesito recorrer todas las calles; me basta un minuto de observación para captar los ojos soñadores de los niños. Entonces sé que el lote baldío de mi niñez, como Shangri-La, existe. Y puedo hallarlo y caminar una vez más por las fustigantes malezas, que ahora en mi adultez me llegan a la rodilla. »
• « Durante el invierno, mi educación tomó un nuevo rumbo. Aprendí a investigar. En los amarillentos libros de la biblioteca leí cómo Heinrich Schliemann descubrió la antigua Troya y me enteré de los glaciares de casi 1500 metros de altura que hubo durante la Era Glacial, precisamente en donde yo estaba sentado. ¡Todo, gracias al lote "baldío" donde jugaba en mi niñez! »