• « Hebert no veía ninguna utilidad en aparentar estar físicamente en forma, con grandes bíceps y grandes músculos en el pecho. Simplemente quería que sus reclutas de la marina y cualquiera que usara el método pudiera actuar cuando fuera necesario. »
• « Yo era el dueño de la cancha. Agarré un robo y fui a hacer otro mate, mirando a Kodenim de nuevo para darle un puñetazo o una ovación. En vez de eso, me miró severamente y golpeó su bíceps con la mano. Intentaba enviarme una señal, pero no la recibía. »