Cuarenta oraciones con la palabra «buey» y derivadas (por ejemplo: bueyes) seleccionadas de refranes, poesías, cuentos y artículos de interés general.
Puedes consultar también el significado de «buey» en nuestro Diccionario de Español.
Las siguientes oraciones fueron seleccionadas por ser oraciones cortas, por su sencillez o porque están orientadas a escolares; así pueden ser entendidas por niños y adolescentes.
Oraciones con «buey» para escolares
• « Mi vecino tiene un buey que siempre está pastando en el campo. »
• « -Seguro, reanudó este último. Estiró el brazo sobre la mesa de estudio y cogió el "Diario de los niños", donde había un dibujo de un hermoso buey. Attilio comenzó a examinar al animal. »
• « Un día, sin embargo, nuestro Attilio llegó a casa llorando y sollozando: un niño travieso, uno de esos niños maleducados que van a la escuela sin sacar provecho, le había llamado "buey". »
• « -¡Así que llamarse buey no es una impertinencia! ¡Siento que es una bestia tan fina! Yo no podría, aunque viviera cien años, hacer ni una sola de las muchas cosas que es capaz de hacer un buey. »
• « Aquella palabra "buey", pronunciada en voz alta de forma burlona, había tenido un gran efecto en el alma del niño Attilio: le parecía que no podría haber sido tratado peor, aunque hubiera vivido cien años. »
• « -Se llama vaca, y es su hembra. Verá, mientras que el buey suele tener un pelaje blanco y brillante, las vacas, en cambio, pueden ser rojas, negras, marrones, blancas e incluso con todos estos colores combinados. »
• « Tenían, en el idioma de Marx, algún tipo de acceso protegido a "los medios de producción", lo que podía significar cualquier cosa, desde alguna tierra, un arado y un buey hasta un taller provisto de herramientas de carpintero. »
• « Los animales tampoco pueden entender las sutilezas de nuestro lenguaje. ¿Crees que tu canario se da cuenta cuando le hablas en prosa o en verso? ¿Te imaginas que el buey entiende el lenguaje de su amo cuando lo vende al carnicero? »
• « -No, querido. Los únicos que rumian son los animales que tienen, como esta vaca y este buey, una pata calzada y una sola fila de dientes. Se dice que pertenecen a los rumiantes. Volvamos ahora, si se quiere, a la utilidad de estos dos animales. »
• « Pero la utilidad de estas pobres y buenas bestias no cesa cuando mueren: la carne del buey es uno de nuestros alimentos diarios y más sustanciosos; de su piel curtida se hace el cuero, ese cuero que los zapateros utilizan para hacer zapatos y botas. »
• « -Bueno, esos bueyes iban y venían del campo. El buey es el principal ayudante del agricultor, porque con él trabaja la tierra, lleva el estiércol, las piedras, el heno y muchas otras cosas en la carreta. El buey es muy robusto y puede soportar los trabajos más agotadores sin sufrir. »
• « Es cierto que el hombre no podría emprender las labores del buey; pero con la fuerza de su voluntad y de su genio, hace fértiles las tierras menos hospitalarias, cruza el océano en frágiles embarcaciones, derriba y perfora montañas, cuenta las estrellas del firmamento e inventa máquinas maravillosas. »
• « Revisando sus enciclopedias, los eruditos confucianos decidieron que debía ser un unicornio, una criatura mitológica que tradicionalmente se decía que tenía "el cuerpo de un ciervo, la cola de un buey y las pezuñas de un caballo", y que tenía una disposición tan gentil que "sólo comía hierba y nunca hacía daño a un ser vivo". »
• « Así que el niño se equivocó al llamarte buey, primero porque pretendía desagradarte, y luego porque no hay comparación entre una pobre bestia, cuyos ojos están siempre condenados a mirar la tierra, y el hombre que puede y debe elevarlos al cielo, y del cielo a Dios. Pero debes disculpar a ese niño y demostrarle, perdonándolo, que no eres un buey. »
• « En los pasillos, en el ascensor, y hasta en su propia oficina, no dejaba de gritarle aquellas preguntas ridiculas: "¿Está usted sacando al buey de la barranca? ¿Tiene usted casa llena? ¿Está abanicando la brisa? ¿Sigue raspando el fondo del bote? ¿Ya se ha instalado en la rama más alta?". Joey Hart, uno de los dos ayudantes del señor Martin, fue quien le explicó lo que significaba aquel galimatías: "Debe de ser fanática del béisbol". »