• « Educados por la necesidad, de cuya cara de hereje tanto se ha dicho, algunos murciélagos terminan calcando la trayectoria de picada de la polilla -tan predecible como la de una piedra tirada hacia adelante- y la intercepta "como esos amigos que nunca nos dejan caer". Y tanto éxito que diversas especies de polilla adoptaron otras maniobras de evasión más extremos. »