• « ¡Un charlatán! No es feliz hasta que no sabe la razón de todo, e incluso cuando lee se interrumpirá cien veces para hacer una u otra pregunta. Pero a mí, en cambio, que estoy siempre callada, que no me muevo, que no levanto los ojos del libro ni del trabajo, la señora profesora no piensa nunca: ¡y todos los cumplidos y los elogios son para Argene!" »