• « No hubo tiempo para la congoja. Había que avisar a los parientes y amigos, ordenar las flores, preparar las exequias. Me hallaba demasiado ocupada para sentir algo, lo cual fue una bendición. »
• « Siempre quedará un lugar de congoja en mi corazón, pero ello no me impedirá zambullirme nuevamente en la vida. Me hará valorar cada minuto de mi existencia, porque sé lo preciosa que es. Y condenaré de manera abierta el cigarrillo siempre que pueda. »