• « Pero los más voraces son los hongos acuáticos, grandes masacradores de gusanos nadadores. Es suficiente con que uno se acerque a su corola para que le caiga encima toda la furia micológica: despliegue de filamentos, emisión de sustancias tóxicas, fluir de antibióticos, el arsenal es invisible a simple vista, pero sumamente terrorífico. »