• « En una sátira memorable, el narrador norteamericano Fritz Leiber concibió un futuro en el cual los escritores rebeldes -aquellos que se negaran a ser esclavos de las "máquinas redactoras"- sufrirían un infierno impensable: el de ser reducidos a un cerebro desgajado del cuerpo, con los centros nerviosos y sensoriales limitados a un área mínima; todo, dentro de un caparazón en forma de huevo. Para colmo, aquellos lastimosos ovoides serían designados con apodos torvos y despectivos, aunque uno de ellos fuera reverenciado como San Isaac Asimov. »