• « Un día tempranito mi infancia se escapó, se me escurrió de las manos, y ya nunca más volvió; y con ella se fugaron los helados y el turrón, el maní azucarado las pastillas de mentol... »
• « Sobre este lienzo, y bien colocado encima de unos lienzos pequeños, nuestra madre extendió dos capas de ceniza bien escurrida, en la que no se veía ni un solo trozo de brasa. Luego, con la ayuda de la criada, vertió en la palangana una cierta cantidad de agua hirviendo, que empapó las cenizas, se filtró por el lino y se escurrió fuera de la palangana por el agujero hecho en el fondo. »