• « En forma similar, cuando un astrónomo jesuita, el P. Sheiner, comunicó a su provincial que había observado las manchas solares (descubiertas por Galileo), éste le contestó diciendo: "Retiraos, hijo mío, tranquilizaos y tened la seguridad de que se trata de defectos de vuestros cristales o de vuestros ojos lo que habéis tomado por manchas del sol". »