• « El pobre hombre, todo envuelto en su oscura capa, leía lentamente, explicándonos, algunos de los cuentos más divertidos de Clasio, y yo, con mi historia sagrada bajo los ojos, me conmoví un poco con los lamentables casos de las ovejas, un poco reflexionando sobre la codicia de aquel gran holgazán Esaú, que por un plato de lentes había vendido el derecho de primogenitura. »