• « Cuando el agua llegó a la ebullición, la vertió lentamente en la palangana, y empezó a lavar los platos menos grasientos, y luego las ollas y sartenes. »
• « Cuando la colada estuvo bien empapada, Matilde la colocó en otra palangana pequeña, levantada un poco del suelo, y con un agujero en el fondo para el desagüe de la tela. »
• « Aldo se había portado bien toda la semana: y como el sábado cumplía siete años, su tía le hizo un regalito que llevaba meses anhelando: una palangana de cristal con dos peces de colores. »
• « Después de hervirlas, Matilde las enjuagó en otra palangana llena del agua más clara, y apartó las que iban a servir para el "turchinetto"; luego las escurrió, las retorció moderadamente y las colgó, después de darles la vuelta, al sol. »
• « Pero cuando la jornada termina, y cada obrero está a punto de volver a su casa, donde le esperan su mujer y sus hijos, entonces el herrero deja a un lado su martillo, el carpintero su cepillo, el tipógrafo sus caracteres, y cada uno se dirige a un rincón del taller, donde hay una fuente o una gran pila de agua. Debajo de la palangana, o al lado de ella, hay un trozo de jabón. »
• « Debajo de este agujero, Matilda había colocado una palangana más pequeña, que recibía el paño, que poco a poco volvía a poner en el fuego para calentarlo, y lo vertía regularmente en la palangana de la lavandería hasta que terminaba la operación. Para la colada de una persona grande, debe llevar al menos siete u ocho horas, pero para la colada de una muñeca, una hora es suficiente. »
• « Sobre este lienzo, y bien colocado encima de unos lienzos pequeños, nuestra madre extendió dos capas de ceniza bien escurrida, en la que no se veía ni un solo trozo de brasa. Luego, con la ayuda de la criada, vertió en la palangana una cierta cantidad de agua hirviendo, que empapó las cenizas, se filtró por el lino y se escurrió fuera de la palangana por el agujero hecho en el fondo. »
• « El obrero se moja las manos y la cara, se las frota con el jabón, que resbala, resbala y hace una bonita espuma: cuando está bien enjabonado, sumerge la cara y las manos en la palangana y se enjuaga vigorosamente... Levanta la cara... ¡ya no es reconocible! Su piel vuelve a ser blanca, limpia, sin rastros de humo ni de polvo y un ligero cepillado basta para reanimar su cabeza desgreñada. »