• « Estas hojas, abiertas como una trampa a resorte, se cierran sobre el insecto a una velocidad de 80 metros por segundo a partir del momento en que éste osa tocar dos de los pelos sensibles que se dirigen hacia arriba. ¿Por qué dos y no uno solo? Para evitar que la planta pierda tiempo tragando panículas nada nutritivas que hayan sido casualmente depositadas por alguna corriente de aire. »