• « Al año siguiente visitó la sede de la asociación, en Illinois, y allí le ofrecieron costear el viaje y los gastos de todos los médicos afiliados al club que quisieran prestar sus servicios en el Tercer Mundo. Los rotarios del distrito sur de Suecia donaron diez coronas cada uno, con lo que se reunieron 50.000 coronas para los gastos administrativos de la organización. ¡Era un buen comienzo! »