1. Contexto jurídico: En un contrato, puede existir una cláusula de indefinición para resolver disputas futuras sobre términos ambiguos o vagos dentro del acuerdo. Esta cláusula permite que las partes involucradas lleguen a una conclusión más precisa y determinada.
2. Contexto político: Durante un debate electoral, un candidato puede utilizar la indefinición estratégicamente, evitando tomar una postura clara y precisa sobre un tema polémico para no alienar a ciertos grupos de votantes.
3. Contexto científico: En la física cuántica, la indefinición cuántica es un principio que establece que ciertas propiedades de las partículas subatómicas no pueden ser medidas simultáneamente con precisión, lo que implica una indeterminación inherente en la naturaleza misma de la materia.
4. Contexto artístico: Un escritor puede utilizar la indefinición en su obra literaria para crear un ambiente misterioso y ambiguo, dejando que los lectores interpreten los hechos y personajes a su manera.
5. Contexto lingüístico: En el aprendizaje de un nuevo idioma, la indefinición puede surgir al enfrentarse a palabras o expresiones cuyo significado no es claro o preciso. Los estudiantes pueden experimentar indefinición al tratar de comprender y traducir palabras con múltiples connotaciones o usos en diferentes contextos.
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