La prensilidad es la capacidad de agarrar presas u objetos con la mano, así como la habilidad de cualquier órgano para sujetar cosas.
En animales, esta característica se observa en humanos y algunos monos, especialmente grandes simios.
Las manos ofrecen una amplia variedad de posiciones y presiones, siendo el pulgar, especialmente en humanos, crucial para el agarre al ser opuesto a los demás dedos.
Esto convierte la mano en un instrumento versátil que puede funcionar como pellizco, soporte o garra móvil.
f. Habilidad o acción de agarrar presas u otros objetos con la mano. El término también se refiere a la capacidad de cualquier órgano para agarrar objetos.
Prensibilidad en animales
Es una característica de los humanos y de algunos monos, especialmente de los grandes simios. Las manos ofrecen una gama amplísima de posiciones y presiones. El pulgar, especialmente en humanos, es el dedo de la mano que permite el agarre: es opuesto a los otros dedos, lo que transforma la mano en un pellizco, un soporte o una garra móvil, por ejemplo.
Aunque la prensibilidad también es una habilidad de los órganos de los animales que tienen patas y a veces cola prensil que les da un agarre circular (por ejemplo, el camaleón en una rama) u órganos hábiles (como la trompa del elefante o la lengua de una jirafa).
La prensilidad ofrece a los animales una gran ventaja natural al manipular su entorno para alimentarse, cavar y defenderse. Permite a muchos animales, como los primates, utilizar herramientas para realizar tareas que de otro modo serían imposibles sin una anatomía altamente especializada.
Por ejemplo, los chimpancés tienen la habilidad de usar palos para obtener termitas y larvas de manera similar a la pesca humana. Sin embargo, no todos los órganos prensiles se aplican al uso de herramientas; la lengua de la jirafa, por ejemplo, se utiliza en la alimentación y la autolimpieza.
Las estructuras prensiles también son fundamentales para la vida arbórea, como es evidente en muchos primates y otros mamíferos, como las zorrillas y los mapaches, tanto en la evolución de las extremidades capaces de sostener ramas y colas que les permiten funcionar como un quinto miembro e incluso colgarse para dormir.
El caballito de mar usa su cola prensil para aferrarse a las plantas submarinas.
Ciertas aves tienen patas prensiles que les permiten cazar; en ocasiones, carecer de esta característica anatómica, como es el caso del buitre negro, las vuelve aves carroñeras por su inhabilidad la caza.
La lengua prensil de la jirafa: se utiliza en la alimentación y la autolimpieza. CC.
La prensibilidad de la cola de ciertos primates les permite sostenerse de las ramas de los árboles.
Prensibilidad en robots
Los robots modernos copian los mecanismos de agarre humanos para realizar diversas acciones. Los brazos mecanizados de submarinos o robots de líneas de montaje suelen estar equipados con pinzas, con tres o más dedos, con una gran capacidad de agarre (mayor movilidad y fuerza de presión). Algunos robots intentan mejorar este principio generalizándolo a otros "miembros" mecanizados: los robots militares pueden agarrar objetos con brazos, piernas y antenas.
Reproducir el agarre y sus matices es algo complejo. El mecanismo debe garantizar la estabilidad de la empuñadura, controlar la fuerza ejercida sobre el objeto agarrado durante la manipulación y la oposición continua a la gravedad.
El agarre robótico también revela que las acciones comunes (agarrar, levantar, empujar...) no sólo son mecánicas, sino que también involucran sensores (a través de los nervios en los humanos) cuyos estímulos están integrados en un sistema reactivo central (el cerebro en los humanos, un circuito central para un robot). El prensibilidad "inteligente" es un ejercicio crucial para comprobar la independencia y adaptabilidad de los robots, como ocurre naturalmente en los niños.
Etimología u origen de la palabra prensilidad: de prénsil.